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1
Lleva las esposas de una forma adecuada. Si estás en un apuro y tienes que utilizar las esposas, necesitarás acceder a ellas con facilidad y, de preferencia, a través del tacto en lugar de la vista, ya que tendrás que vigilar con la mirada al sospechoso. Debes guardar las esposas en una posición cargada, es decir, se debe empujar las argollas a través del trinquete que está en el cuerpo de las esposas hasta que hayan pasado casi por completo. Revisa que la doble cerradura no esté enganchada (esto se debe manipular después de esposar a la persona).
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2
Ten buen equilibrio y estabilidad cuando le coloques las esposas a alguien.De preferencia, pon fuera de equilibrio al sospechoso mientras tú permaneces bien parado y con estabilidad. No apoyes a la persona contra alguna superficie, como muchas veces se ve en programas de TV. Este es un error común, ya que le da al sospechoso algo que puede utilizar como palanca y lanzarse encima tuyo. O bien le exiges al sospechoso que se pare derecho o mantén al sospechoso fuera de equilibrio.
- Trata de restringir la visión de la persona a la que esposas. No poder ver lo que haces le dificulta resistirse con éxito.
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3
Toma las esposas. Sácalas del lugar donde las guardas o haz que alguien te las alcance.
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4
Pon las manos de la persona detrás de su espalda. De forma alternativa puedes colocar las manos delante de su estómago. La posición que escojas dependerá del comportamiento de la persona, tu posición y cualquier signo visible de alguna condición médica. Usa tu buen juicio para decidir si debes esposar a alguien con las manos adelante o atrás. Si la persona está embarazada, tiene un estado de salud delicado o es un menor de edad tal vez debas esposarlo por la parte de adelante de su cuerpo en lugar de su espalda.
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5
Haz que la persona coloque las palmas hacia el exterior con los pulgares hacia arriba. Con una mano, sujeta la parte superior de los dos dedos de la persona (lo que te otorga el control de sus dedos) y sujeta las esposas con la mano que aún tienes libre, con la cerradura hacia a ti.
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6
Presiona el “arco” (la parte de las esposas que gira para asegurar y liberar las manos) entre la base de la mano izquierda y el hueso de la muñeca de la persona. Esto hará que el arco gire y permitirá asegurar las manos a través de varios movimientos en el arco.
- Ten cuidado de no dañar la piel de la persona o cualquier objeto como joyas o ropa.
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7
Presiona el arco en el lado derecho de las esposas entre la mano derecha y el hueso de la muñeca de la persona. Esto, también, hará que el arco gire y permitirá asegurar las manos a través de varios movimientos en el arco.
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8
Espósalo con el dorso de las manos frente a frente. Ahora, ambas manos deben estar esposadas con las palmas hacia afuera y las cerraduras también hacia afuera. Los pulgares deben estar frente a frente.
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9
Prueba la presión. Desliza tu dedo entre la argolla y la muñeca de la persona esposada. Si no logras hacer esto, entonces las esposas están muy apretadas.
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10
Si tus esposas cuentan con esto, utiliza el mecanismo de doble cerradura para “asegurar dos veces” y evitar así que las esposas sean manipuladas. Utiliza siempre la doble cerradura si tus esposas tienen este mecanismo, así evitarás que sean forzadas y también garantizarás la seguridad de la persona esposada, al igual que tu propia seguridad. Para revisar que están cerradas de la forma adecuada, aplica un poco de presión en cada argolla. La falta de movimiento significa que están cerradas.
- Lee el manual que viene con las esposas en su totalidad antes de intentar usar los distintos métodos para asegurar las esposas.
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11
Asegúrate de revisar la zona esposada con frecuencia. Las esposas son una medida de restricción temporal y no deben permanecer en una persona por mucho tiempo. Revísalas con frecuencia para asegurarte de que no haya ocurrido ningún daño en el tejido blando o los nervios.
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